Carta a un amor perdido

En algún lugar del mundo;

               Te escribo sin la intención de perturbar tus sueños, o tal vez tus apacibles horas en los brazos de otro que no soy yo. Te escribo solo para recordarte que estoy aquí, que existo, a pesar de tu afán por destruirme. Este árbol sigue en pie, aunque sin muchas hojas y atravesando un continuo bucle de otoño e invierno; enfermizo, gris, áspero y frío.  He intentado olvidarte, borrarte como quien borra una conversación de Whatsapp, o como el niño inocente que coge la coma y la frota contra el dibujo que le ha salido mal. Pero he fracasado en ello. Al igual que el niño, solo he logrado emborronar más el papel.

               Te escribo y ya me despido, solo para que sepas que si algún día, quieres descansar de tanto imbécil que te ha tratado mal, yo te guardaré un lugar, aquí; junto a mí. A pesar del daño que causaste, el Amor no se gasta como una pila. Y mi amor por ti sigue, aunque herido y marchitado, esperándote. Hasta entonces, al contrario que tú, yo no buscaré excusas para odiarte y no buscarte. Te recordaré como aquel bello sueño, que durante años cultive como una dulce flor. Con cariño y amor.

               Sin más, me despido…